No es solo un 10%. Es un golpe silencioso a la operación.
¿Qué va a pasar con las nuevas medidas arancelarias de Trump? Es la pregunta que se repitió en más de una reunión esta semana. En las áreas de operaciones, en producto, en finanzas. Incluso en atención al cliente.
Porque no todo golpe llega con un ruido fuerte. A veces se presenta de forma tan sutil, que altera toda la estructura sin hacer ruido: el precio de los insumos, la renegociación con un proveedor, la incertidumbre frente a la próxima importación.
Y la respuesta, aunque técnica, es simple: Trump lo hizo otra vez.
¿Qué pasó con los aranceles de Trump en 2025 y cómo afectan a marcas B2C como la tuya?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo temblar al mundo y sus mercados bursátiles. Bajo su ya conocida promesa de “Make America Great Again”, anunció un nuevo paquete de aranceles:
- Un arancel general del 10%, aplicado a productos provenientes de la mayoría de los países que exportan a EE.UU; entre ellos, Chile y Colombia.
- En el caso de México, aranceles específicos del 25% a ciertos productos fuera del T-MEC, como acero, aluminio y vehículos.
- Y en otros países, como China, el impacto es aún más agresivo, con tasas que superan el 125% en sectores clave.
¿El objetivo? Reducir el déficit comercial de EE. UU. y empujar a las empresas a producir más dentro de su territorio. Y aunque estas medidas apuntan directamente a las importaciones estadounidenses, el efecto rebote es global.
¿Y si no exporto a Estados Unidos, cómo me afectan los aranceles?
Esa es la gran trampa. No es un problema solo de exportadores. Es un remezón silencioso para cualquier marca que forme parte de una cadena de producción o distribución global. Porque aunque no vendas allá, tu cadena sí puede verse afectada. Por ejemplo:
- Si importas insumos de EE. UU. o de países afectados.
- Si tu proveedor importa materiales.
- Si el dólar sube, afectando tu estructura de precios.
- Si tus competidores suben precios y tú tienes que decidir si seguirlos o bajar tus márgenes.
Y en un mundo B2C, donde cada punto de margen importa, todo esto se siente más fuerte.
El efecto real: de insumos más caros a clientes que postergan compras
Pongamos un ejemplo, para entender el concepto. Digamos que yo tengo una marca en Chile, que se llama Horizonte. Horizonte no exporta directamente a EE. UU. Pero aun así, el 10% sí le afecta, porque los costos empezaron a moverse.
¿Por qué?
Porque en un mundo global, todo está conectado. La tela que usan puede venir de Perú, pero el algodón puede venir de EE. UU. Y el proveedor nacional que les vende etiquetas también importa. Y si el dólar sube, todos subimos con él.
Pero lo más complejo para Horizonte no está en los costos. Está en el consumidor. En esa persona que ahora piensa dos veces antes de comprar. Que ve los precios subir y decide postergar. Priorizar. Y por ende, comprar menos.
Y así como Horizonte, hay cientos de marcas que no exportan a EE.UU., pero sí están recibiendo el impacto. Porque cuando todo sube y el cliente empieza a mirar con lupa cada compra, proteger tus márgenes deja de ser una opción: se vuelve una urgencia.
La postventa como método de ahorro (y fidelización)
Cuando vender se vuelve más caro y más difícil, hay dos caminos: Subes precios (y arriesgas perder clientes), o cuidas cada peso de tu operación.
Y ahí es donde entra Reversso.
No con una gran campaña ni con una promesa marketera. Sino con automatización silenciosa que:
- Automatiza todo el proceso de cambio y devolución
- Convierte una devolución en un cambio (y a veces, en un upsell)
- Disminuye el costo de logística inversa
- Le ahorra tiempo (y dinero) a tu equipo
- Y fideliza al cliente, porque le resuelves sin fricción
Upselling y automatización: claves para proteger tus márgenes
En un contexto donde los márgenes se achican, una tasa de upselling de, por ejemplo, el 10%, puede hacer la diferencia en tu tienda.
Porque en esta situación, cada peso ahorrado cuenta. Y cuando automatizas la postventa, cada minuto de trabajo que te ahorras se transforma en eficiencia. Y en fidelización.
Porque aunque el cliente no vea lo que pasa detrás del proceso de cambio o devolución... sí lo siente. Y vuelve, o no vuelve, dependiendo de eso. Y hoy en día no podemos darnos el lujo de perder clientes.
No puedes controlar los aranceles. Pero sí cómo respondes.
Estados Unidos decide subir impuestos. El dólar reacciona. Tus insumos se encarecen. Tu cliente se vuelve más exigente. Y acá tú puedes elegir entre ajustar márgenes... o ajustar procesos.
En Reversso creemos que la diferencia está en lo que no se nota. En esa experiencia postventa que simplemente funciona y que se convierte en nada más ni nada menos que fidelidad pura para tu marca.
Y no, no es magia. Es estrategia. Es Reversso.
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